La historia de Clive, dinamizador de voluntarios de las Brigadas Internacionales desde Battersea, Londres

M.P.O., amiga de Parque de la Memoria y colaboradora del National Clarion 1895 nos remite una traducción de un párrafo del libro «The Aid to Spain Movement in Battersea 1936-1939», de Mike Squires, sobre historias y testimonios de los brigadistas  de Gran Bretaña que acudieron en socorro de la República contra el golpe fascista. Recogemos éste breve pasaje por cuanto ejemplifica el compromiso y la solidaridad de los brigadistas internacionales y la labor de quienes les ayudaron (o les persiguieron) en su cometido.

«Sin ir en demasiado detalle contaré lo que ocurrió a mi marido, Clive. El quería irse a luchar a Espana. A comienzos del 37 era ilegal para los britanicos ir a luchar a España así que todos los voluntarios que hasta entonces se habían ido presentando para ser reclutados en el numero 16 de King Street tenían que tener mucho cuidado de aparecer por allí ya que se habían dado ordenes de que nadie se acercara por el lugar. Clive entonces monto una organización para solucionar el tema. Un bar ofreciendo sandwiches se monto cerca del numero 16 y se dijo a los voluntarios que debían ir alli y preguntar al tipo de la barra. El contactaría con Clive y este posteriormente contactaría con los voluntarios.

Clive también actuó como «courier», es decir, el responsable que llevaba grupos a París y los ponía en conexión con los contactos de la zona. La mayoría iban con billetes de fin de semana porque de esa manera no les pedían el pasaporte. Clive tenía pasaporte y solía ir con ellos, los dejaba y volvía. No se comunicaba con los voluntarios hasta que estaban ya subidos al barco. Una vez, cuando estaba en Victoria Station, un conductor de tren que conocía a Clive, le saludo con el puño en alto. La policia estaba por allí, ya que andaba buscando gente que pudiera irse para Espana, y andaban con sospechas continuamente. Clive le dió la espalda (al maquinista que le había saludado) e hizo como que no le conocía. Después de haber hecho este trabajo como «courier» durante casi un ano la policía empezó a sospechar de el, así que se decidió que este trabajo había que darselo a alguna otra persona.

En enero del 38 Clive se fue a España y le capturaron en abril. Lo más interesante es que, a pesar de que nunca ví vigilancia policial, justo dos días después de que se fuera, me percaté de tres hombres que estaban parados todo el día justo enfrente de casa, mirando quien entraba y salía por mi puerta. Estaba claro que habían perdido la pista del «courier» y como claramente sabían donde vivía habían acudido a ver qué pasaba. A mí esto me divertía mucho, debo de admitir, ya que, obviamente, habían venido demasiado tarde.  (…) En noviembre del 38 Clive volvió de Espana (…)

Tengo que decir que cuando el Gobierno Republicano fue forzado a rendirse y ganó Franco, esto fue uno de los momentos mas horribles que ninguno de nosotros había vivido. Nosotros que habíamos hecho tanto (…). Y por supuesto, esta fue una de las razones por las que sufrimos la II Guerra Mundial. El hecho de que nuestro Gobierno ayudara a Franco hizo que fueramos a la guerra mundial. Sin duda.

Fuente:

«The Aid to Spain Movement in Battersea 1936-1939»,  Mike Squires | Elmfield Publications, 1994 – 64 páginas
Sobre el movimiento que se organizo en Battersea, Londres, en ayuda a la república del estado español en apuros por el golpe fascista.