«A Manuel Villar Osés, “El Chifla”, lo mataron el 30 de agosto junto con muchos más del pueblo de Olite. Un testigo de esta muerte nos dice lo que pasó este día:
A Manuel le tenían interés. Era un hombre entero, decidido, y que no escondía sus ideas. Lo perseguían desde hacía varias semanas. Al fin lo agarraron y lo fusilaron más tarde en Olite. Después de muerto hicieron con él lo que no se puede hacer con nadie. Le cortaron sus partes y se las metieron en la boca: “Ahora chifla – le decían-, ahora chifla …”. Reían como salvajes.»