Trabajar con grandes volúmenes de datos es una de las tendencias que están marcando el periodismo en los últimos tiempos. El denominado en el mundo anglosajón como “data journalism” vive hoy su momento de esplendor y están surgiendo interesantes proyectos en este ámbito que demuestran la necesidad de apostar por la investigación periodística con base en el análisis de los datos.
Este es el caso de “Vidas contadas”, una iniciativa promovida por un grupo de periodistas, programadores y “hackers” sobre la memoria histórica que tomó forma durante un “hackaton” (maratón en el que se idea un proyecto de periodismo de datos) celebrado en mayo pasado en el contexto de las Jornadas de Periodismo de Datos #JPD13 y en el que obtuvo el primer premio [01].
Vidas contadas” es un proyecto que pretende, gracias a las tecnologías y a las nuevas herramientas digitales, dar valor a una gran cantidad de información inconexa, disgregada y poco accesible sobre la historia de los fusilados, desaparecidos y represaliados de la Guerra Civil y el Franquismo. Así lo explica el periodista y coordinador de Visualiza Jaxinto G. Viniegra [02], uno de los impulsores de este trabajo, quien destaca el desafío que representa un proyecto como éste por apoyarse sobre “unos datos muy frágiles”, ya que “sabemos que la información con la que contamos está muy desestructurada”.
El trabajo, que se desarrolló durante el día y medio que duró el “hackaton”, está formado por seis visualizaciones y en él se recogen diferentes subtramas e historias a cada cual más interesante. Viniegra asegura que el objetivo de “Vidas contadas” es responder, por un lado, a “una demanda que hemos percibido entre familiares con quienes hemos colaborado de tener una información más refinada y ajustada a la realidad y, por otra, ordenar y limpiar los listados poco estructurados desde el punto de vista informático que existen”. “Hay mucha información, pero es poco visual e interactiva y esto es un desafío en el ámbito del periodismo de datos”, agrega.
Para ello, “intentamos establecer una metodología que vaya un paso más allá de las bases historiográficas clásicas de las que disponemos”, señala Viniegra “sabiendo -continúa- que las listas de datos que vamos a refinar van a proceder de lugares muy concretos“, en este caso, centrados en Navarra especialmente. Bien es verdad, como aclara a continuación, que este trabajo está inacabado y se circunscribe a una competición de día y medio, por lo que resultaría inapropiado e imprudente realizar una conclusión que trascendiera el territorio objeto de estudio. En este sentido, resalta que el caso de Navarra es muy interesante por “la cantidad de fondos historiográficos a los que hemos podido acceder”, entre los que figuran los relacionados con los esclavos de los Pirineos o los prisioneros y fugados en el Fuerte de San Cristóbal durante el Franquismo.
Metodología empleada
Viniegra cuenta cómo se gestó el proyecto durante el “hackaton” y desgrana la metodología que el equipo de nueve personas empleó para realizar un completo mapa informativo con visualizaciones interactivas a partir de un enjambre de datos e información desestructurada. [03] “El objetivo que nos proponíamos era refinar las bases de datos que teníamos dadas las enormes duplicidades e inconsistencias detectadas”, indica. Para llevar a cabo esta tarea, que se pudo realizar en varias fases, “utilizamos un OCR, Libre Office, Tábula -que permite extraer datos de listados de papel a hojas de cálculo-, Google Refine -que sirve para detectar duplicidades y demás anomalías- y finalmente Carto DB, que es un software que emplearon en la fase final del trabajo que permite realizar diversas visualizaciones.
El resultado de todo ello son seis mapas. Tres de ellos muestran historias impactantes como “Huérfanos del 36″, “Mujeres asesinadas en Navarra” y “Años Robados”. Las otras tres visualizaciones están basadas en los mapas de fosas contemplados dentro de proyectos que han impulsado varias Administraciones públicas sobre la Memoria Histórica. Es el caso de Cataluña, Andalucía y Navarra. “En relación a éstos últimos, lo que hemos realizado es verificar que hay datos muy potentes y a partir de ahí los hemos dado una vuelta centrándonos en, por ejemplo, la intensidad o volumen (el número de muertos) en cada una de las fosas”, apunta. En el caso, por ejemplo, de la historia de “Años Robados” la pretensión era “reflejar en un gráfico cuántos años podrían haber vivido las víctimas de la contienda tras cruzar la información con los datos del INE de los años 30 relacionados con la esperanza de vida”.
Sin embargo, el proyecto de “Vidas contadas” solo ha empezado a andar y ya ha recibido varios reconocimientos. Hay un compromiso, según asegura Viniegra, de que Goteo, la plataforma decrowdfunding, colaborará con el equipo en la búsqueda de financiación, y Carto DB, el programa utilizado en las visualizaciones, les ha garantizado el uso de 1 año de su software profesional para avanzar en el trabajo. Por otra parte, eldiario.es se ha ofrecido a colaborar en el desarrollo de este proyecto y en su posterior publicación.