- Natural de: Pamplona,
- Nacido en: Jarauta
- Edad: 23
- Estado Civil: Soltero
- Hijo de: Eustaquio / Estanislada
- Profesión: Albañil
- Asesinado en: Valcaldera
- Asesinado el: 23-8-36
- Militante/Simpatizante: PC
Fue uno de los mozos que, como socio de la Peña La Veleta, inició la imparable tradición de vestir de blanco en Sanfermines. Vecino de la calle Jarauta, tuvo que soportar ver cómo su anciana madre Estanislaa, fue rapada al cero y obligada después a pasearse por la ciudad. Él tuvo menos suerte y murió acribillado el 23 de agosto de 1936 al tratar de huir de un fusilamiento colectivo en el paraje de Valcaldera, en las Bardenas. El compañero que intentó la fuga junto a él, Honorino Arteta, sí logró escapar, siendo herido de bala al huir a la carrera.
En una ocasión irritados y preocupados en la familia porque tras su fusilamiento, todavía lo llamaban a filas insistentemente, el hermano de José acude a hablar con el teniente coronel José Martínez Oyaga y le explicó el caso en estos términos: «Reclaman sin parar a José Zapatero para que se presente al servicio militar, pero mi hermano no puede presentarse porque fue fusilado en las Bardenas el 23 de agosto» «»Aquí el que falta es que ha desaparecido», escuchó el hermano de José Zapatero, cuando fue a explicar, a la Comandancia Militar de Pamplona, que a su hermano, al que reclamaban insistentemente, para su alistamiento a filas, lo habían fusilado el 23 de agosto de 1936, en las Bardenas. «¡Salga por esa puerta antes de que me arrepienta y lo mande a prisión! En la España de Franco no se fusila a nadie…»»
Esto da a una medida de la insoportable carcel a cielo abierto en la que se había convertido cada población, cada provincia. Todo estaba atenazado por alambradas invisibles ptejidas con arbitrariedad, impunidad y un relato delirante inventado a la medida del bando triunfal. En aquel aire irrespirable se desenvolvían los familiares y allegados de los perdedores que no pudieron o no se atrevieron a partir al exilio bajo aquel aguacero incierto donde todo el mundo era enemigo hasta que un procer del bando nacional decidiera dejarle existir, circular, respirar de modo totalmente arbitrario. Cercados por chivatos, arrivistas, matones, paramilitares, demasiada gente con pistola y sicotizada tras el baño de sangre de la Guerra y el martillleante relato del miedo, la amenaza y el pensamiento único franquista.
Fuentes:
«Los culpables. Pamplona 1936» Galo Vierge (Pamplona 1906-1997)