Acto de restauración de la memoria de los 26 asesinados en Buñuel el verano de 1936

OJO: CAMBIO DE HORA Y LUGAR DE SALIDA

Día: 17 de Agosto
Inicio del Acto: 7.30 h.
Salida: Residencia de Ancianos

El amigo Pedro José Francés desde Buñuel nos cuenta:

«Como todos los años vamos a tratar de hacer algunos actos de recuerdo de lo que sucedió en aquel verano de 1936.
Este año hemos realizado una pequeña trastada y hemos sembrado el recorrido de la procesión con un cartel como el que os adjunto en el documento anexo.Tenemos otra pequeña trastada reservada para el día 15 de agosto de la que ya os daremos noticia.
Pero hoy os mando el primer aviso para el acto que vamos a celebrar la tarde noche del 17 de agosto.
Como desde hace algunos años, a las 7.30 de la tarde, haremos el mismo recorrido que hicieron con la furgoneta de la muerte unos valientes falangistas la noche del 26 de agosto de 1936 en la que sacaron de sus casas y asesinaron en unas pocas hora a 26 personas.

Ya sabéis de lo difícil que se hacen estos actos en Buñuel y os pido que vengáis a echarnos una mano y que aviséis y deis noticia de la celebración de este acto a todos vuestros contactos y conocidos».

TEXTO DE LA CONVOCATORIA

Ayer, día de Santiago, a las doce de mediodía, algunos falangistas sacaron del Ayuntamiento a Fausto Lasheras, Julián Tristán, Gregorio Doiz y a José Jiménez. 

Ellos eran hombres de este pueblo. 

Estaban encerrados en el salón de plenos por orden de los militares que habían dado el golpe de Estado. Desde el puesto para el que cada uno de ellos había sido designado en la estrategia del terror, representaban este nuevo orden criminal en Buñuel: Adolfo Gil, Ángel Chueca, Vicente Mayayo, Manuel Garasa, Teodoro Monreal, Rafael Oíz, Pedro Sayas…

Por entre el asombro de gente miedosa, los sacaron del pueblo en un autobús en el que viajaban los mejores pistoleros falangistas. 

Y ya nunca más se ha sabido de ellos

Hoy día de Santa Ana, pasados setenta y siete años desde aquel día, todavía nadie sabe donde los asesinaron ni dónde dejaron sus cuerpos tirados y todavía hay quien declara la inocencia de sus asesinos. 

Para que no se olvide.

Buñuel verano de 1936.