GOYA URBIETA, FÉLIX

Félix Goya Urbieta Oiartzun 1885 – Oiartzun 1936

Texto cedido por la famila de Félix y extraído de la esmerada publicación de homenaje incluida en esta misma noticia. Puedes ver una información mejor presentada y más completa en dicha publicación de homenaje editada por la familia en 2011.

 

Este año de 2011, los nietos y nietas de Félix Goya Urbieta y Martina Ruiz de Galarreta García, con todo nuestro cariño, escribimos y publicamos este capítulo de dolor que ha marcado a nuestra familia para que sirva de memoria para las próximas generaciones. 

Nuestro abuelo Félix, a quien no nos dejaron conocer, fue asesinado por los fascistas. Desconocemos el lugar aunque, según consta en el libro“1936ko gerrako oritzapenak Tolosaldean eta Leitzaldean” pag. 67, fue asesinado y hecho desaparecer el 16 de noviembre de 1936 en Oiartzun. Paradoja de la vida que esto ocurriera en el mismo pueblo que le vio nacer ya que nació en la casa Egieder de Oiartzun a las seis de la mañana del día 13 de abril de 1885. Félix era el menor de los seis hijos de Josefa Ignacia Urbieta y de Lucas Goya. Sus otros cinco hermanos eran Candido (1874), Vicente (1876), Juan Mari (1878), Manuel (1880) y José León (1883). 

Con su asesinato también nos robaron los recuerdos de sus vivencias ya que apenas hemos podido conocer detalles de su vida y prácticamente ninguno hasta que contrajo matrimonio con nuestra abuela Martina en la parroquia de San Saturnino de Pamplona el 22 de febrero de 1919. Nuestra abuela había nacido en Pamplona el 12 de Noviembre de 1890 y falleció en Eulate el 24 de febrero de 1972.
No sabemos cómo conoció a nuestra abuela Martina. Tras la boda vivieron en Eulate donde, el 19 de diciembre de ese mismo año, nació su primer hijo Mauro y parece ser que nuestra abuela tuvo algún tipo de problema y no le vino la leche hasta pasado cierto tiempo por lo que no teniendo otra forma de alimentarlo decidieron comprar una vaca. En 1921 se trasladaron a Genevilla (Nafarroa), aquí trabajó en la Central que abastecía de energía eléctrica a los pueblos de alrededor y también vivieron dentro de la propia Central. En Genevilla nacieron tres hijos más, el primero Ceferino el 14 de octubre de ese mismo año de 1921 que falleció el 26 de enero de 1922. Después nacieron Pedro el 29 de abril de 1923 y Miguel el 2 de enero de 1926, aunque ya no vivieron aquí durante mucho tiempo más porque ese mismo año se
trasladaron de nuevo a Eulate según consta en nota manuscrita de nuestro abuelo en el padrón de 1926 de este pueblo.
Así, Mauro nació en Eulate, Pedro y Miguel nacieron en Genevilla y todos los demás, Félix, Leonor y Josefa de nuevo en Eulate.
(…)
En 1933 era tesorero de la Sociedad de obreros “La Emancipación” de Eulate, adscrita a la UGT.
(…)
Satur Andueza de Larraona, hijo de Elías Anduezan natural de Ganuza y maestro de Larraona hasta que los fascistas lo deportaron con toda la familia a Ziga en el Baztan, nos relata que tanto su padre Elías como Valentín Arteaga el hijo de la Plácida de Eulate le contaron que:
“tras el golpe militar fascista vuestro abuelo Félix junto con otras personas de Eulate considerados “rojos” fueron apresados por un grupo de fascistas que campaban por el pueblo sin ningún control y llevados de noche al monte. Una vez llegados a una zona suficientemente lejana del pueblo los fascistas apartaban del grupo a uno de los apresados hasta un lugar que el resto no veía y éstos escuchaban dos o tres disparos. De esta forma volvían a repetir la misma operación, pero en un momento de descuido de los guardianes, vuestro abuelo se lanzó monte abajo, y a pesar de que los fascistas efectuaron varios disparos, desapareció en la oscuridad de la noche.”

Sabemos que tras haber sufrido esta horrible experiencia nuestro 

abuelo Félix estuvo escondido en el monte durante un tiempo que 
desconocemos hasta que una noche fue a pedir auxilio en casa de
Eufrasio en Larraona que era amigo suyo. Y nos sigue relatando:
“Eufrasio le dio cobijo y lo escondió en una bajera que tenía apartada de la casa y al cabo de varios días se dirigió a Eulate para informarse de lo sucedido. Allí gente de confianza le informó de que el hecho se había producido pero que todos los apresados menos nuestro abuelo habían vuelto a sus domicilios porque cuando los apartaban uno a uno del grupo les ordenaban que se marcharan al pueblo mientras lanzaban dos o tres disparos al aire. Así Eufrasio, volvió a donde se encontraba nuestro abuelo informándole de lo acontecido”.
Sabemos que a continuación nuestro abuelo acudió a la G. C. a informar de lo sucedido y a partir de su presentación fue obligado a estar arrestado en su casa y la GC se presentaba a menudo y casi siempre a horas intempestivas para comprobar que se encontraba en ella.
Estando la familia en esa situación, hacia finales de agosto aproximadamente irrumpen en su domicilio un grupo de hombres armados comunicándoles la incautación de su casa y la expulsión de toda la familia amenazándoles de muerte si no estaban fuera de Nafarroa en 24 horas. Cargan la burra y el borrico con lo que pueden y el matrimonio con sus hijos e hijas Mauro, Pedro, Miguel, Félix, Leonor y Josefa se dirigen a Hernani (Gipuzkoa) donde vivía José Goya, hermano menor de nuestro abuelo. Josefa la hija más joven
que aún no tenía 2 años hace el viaje a hombros de su hermano mayor Mauro y Leonor la hija de 5 años a hombros de su padre.
Pero no pudieron llegar todos a Hernani. Llegados a un control de los Mikeletes en un lugar desconocido del recorrido les dejan pasar, pero tras cruzar Tolosa, en la denominada recta de Irura cuando estaban frente al Hotel Laskibar llegó un coche con varios militares requetés armados procedente de Tolosa, encontrándose entre ellos alguno de Eulate, y les dieron el alto. Mauro el mayor de los hijos recordaba que apartaron de ellos a su padre y tras lo que a él le pareció una conversación/discusión durante la que en varias ocasiones le dirigieron sus miradas (sospechaba que hablaban de él para detenerle y su padre les decía que era menor de edad, pero no pudo saberlo nunca porque ya no volvió a hablar con su padre) se lo llevaron en el coche y a ellos les ordenaron que volvieran hasta su acuartelamiento en Tolosa.
La comandancia estaba instalada en Tolosa, en una casa a cuya puerta principal se llegaba por una escalera de doble acceso. Esperaron en el jardín hasta que estando prácticamente de noche se abrió la puerta vieron que su padre y esposo bajaba por la escalera de la entrada escoltado por varios fascistas y pasaba ante ellos cabizbajo y sin dirigirles la mirada. A continuación los fascistas les comunicaron que se marcharan de allí porque su esposo y padre quedaba detenido.
Nuestra abuela Martina con sus hijos y los burros se dirigen de nuevo hacia Hernani pero llegando a Andoain y siendo bastante tarde les alimenta y les da cobijo la familia Zatarain que vivía en el caserío Txitibar (ahora desaparecido) y que regentaba la gasolinera que estaba junto al caserío, antes de cruzar el puente sobre el río Oria en dirección a Hernani. Esta familia estaba compuesta por Antonio Zatarain, viudo de 41 años, tres hijas y un hijo (Zatarain Bengoetxea) Lucia de 11 años, Arantzazu de 6 años, Maria Teresa de 4 años y Jose Migel de 7 años.
Además vivían con ellos una tía de 82 años Juliana Gaztañaga Zuloaga y su padre político también de 82 años Jose Migel Bengoetxea.
Según testimonio de José Miguel Zatarain, quien en la actualidad tiene 82 años, nuestra familia llegó a finales de agosto y la noche estaba bastante avanzada. Les albergaron en un recinto del mismo caserío donde se encontraba el lagar en que prensaban la manzana para realizar la sidra y que también utiliza-
ban para almacenar la hierba seca. Venían con los burros cargados de forma que ya no podían más y allí sobre la hierba seca extendieron las mantas que traían y se dispusieron a pasar el resto de la noche. En aquel momento Andoain era un frente de lucha y se encontraba ocupado por los fascistas que con el
objeto de llegar hasta San Sebastián, trataban de avanzar por Urnieta y Hernani.
En este lugar, estuvieron alojados durante cerca de 15 días ya que, aunque nuestra abuela quería llegar lo antes posible a casa de su cuñado José, Antonio no se lo permitía y le advertía que no era posible debido a que en toda la zona había fuertes bombardeos y enfrentamientos y en caso de viajar corrían grave
riesgo. José Miguel Zatarain cuenta varias anécdotas sucedidas durante esos días:
– Durante su estancia toda nuestra familia colaboraba en las labores necesarias en el caserío y nuestra abuela en alguna ocasión acudió a la cárcel de Tolosa a visitar a su esposo.
– En cierta ocasión Pedro cayó dentro del lagar que contenía sidra y que aunque lo sacaron lo antes que pudieron, estuvo a punto de ahogarse.
– Cierto día que los fascistas dejaron en la bajera de su casa, a resguardo de los bombardeos republicanos, un camión cargado con espoletas se produjo un bombardeo y en su casa cayó una bomba que entró por la chimenea pero algo falló y no llegó a explotar.
Por fin hacia mediados de septiembre, después de que pasaran algunos días desde que los fascistas lograron entrar en San Sebastián, es cuando Antonio Zatarain comunicó a nuestra abuela Martina que ya era posible viajar hasta Hernani y se puso en marcha con toda la familia la burra y el pollino “Perico”.
Llegados a este punto, con objeto de que podamos valorar el grave riesgo que asumió la familia Zatarain acogiendo a extraños cuyo padre estaba detenido por las tropas fascistas que ocupaban Andoain, así como del riesgo al que estuvo expuesta nuestra familia, recogeremos una descripción reducida de las posiciones del frente de guerra en esos días.
“Los fascistas al mando del teniente coronel Pablo Cayuela entran en Idiazabal (Gipuzkoa) desde Alsasua y toman Beasain el 26 de Julio de 1936, encaminándose desde allí hacia Tolosa.
Llegan a Tolosa el 11 de Agosto de 1936.
El día 16 de agosto dan comienzo las operaciones de los fascistas sobre Andoain y esa misma noche
es evacuado por sus defensores.
Entre los días 18 de agosto y 5 de septiembre se producen ataques y contraataques entre los dos frentes y Andoain sufre continuos ataques por la artillería y la aviación republicana.
El día 5 de septiembre las tropas fascistas logran avanzar hasta las inmediaciones de Oria.
El 6 de septiembre llegan al pueblo de Urnieta debiendo abandonarlo ante la intensidad del bombardeo de los republicanos.
De manera simultánea se desencadena la operación fascista sobre Hernani.
A partir del día 9 de septiembre las tropas fascistas comienzan a trasladarse hacia la zona de Landarbaso con la intención de asaltar los fuertes de Santiago Mendi y Txoritokieta.
Los días 11 y 12 los fascistas se ocuparán en combates para dominar las alturas circundantes de Hernani y los fuertes logrando apoderarse del monte Cónico y de Santa Bárbara. El 13 de septiembre continúan los ataques contra el fuerte de Santiago Mendi y la ocupación de Rentería y Hernani por los fascistas provoca el abandono del fuerte por los republicanos y es ocupado al mediodía.
El día 13 de septiembre se produce la ocupación definitiva de la comarca de San Sebastián”
Así, cuando nuestra familia llega a la plaza de Hernani los fascistas ya habían tomado el control de la población y fueron recibidos por varios fascistas encabezados por el recién nombrado alcalde Julián Madina que regentaba una confitería y venta de periódicos en la misma plaza y éste les incautó la burra y el borrico. Finalmente lograron llegar hasta el caserío Pipiritta donde fueron acogidos por su cuñado José y familia.
La familia de José Goya Urbieta y su mujer Malen Zubiri Narbarte tenía cinco hijas y dos hijos, el mayor era Juanito y le seguían Felixa, Kattalin, Patxi, Josebe, Miren y Rita.
Malen, la mujer de José era natural del caserío Muxu Borda de Goizueta. Hija única, su madre murió durante el parto y su padre también murió siendo ella muy niña por lo que un tío suyo la colocó de criada en Latxe, cerca de Hernani. Posteriormente pasó a trabajar de criada con la familia Arzelus que
vivía en la Plaza de Hernani hasta que se casó con José y se fueron a vivir a Pipiritta.
Pipiritta que antes que caserío habitable había sido borda para el ganado, era propiedad de la familia Lizeaga también de Hernani y fue reparado y acondicionado como caserío por José, quien al igual que su hermano Félix era cantero y trabajaba en la construcción. De esta forma cuando la pareja se casó, alqui-
laron Pipiritta y se fueron a vivir allí.
Como hemos dicho, José se dedicaba a la construcción y en 1931, había abordado el proyecto de construir una casa propia en la zona de Hernani denominada Telleri Gaiña (Alto de la Tejería) porque parece ser que en ese lugar un tiempo atrás se fabricaban tejas. No obstante además de construir su propia casa, al igual que nuestro abuelo Félix, hacía otros tipos de trabajos con objeto de obtener un jornal para ali mentar a su familia así como financiar su proyecto. 
De esta forma, estando construyendo su casa en Telleri Gaiña, fue requerido por un arquitecto o aparejador para construir el funicular de Artxanda en Bilbao donde es tuvo hasta finalizarlo. José hizo gran amistad con este arquitecto o aparejador del que desconocemos su nombre, pero lo que sabemos es que era un abertzale (patriota vasco) y éste encendió en José la llama del abertzalismo. 
Esta amistad que surgió entre ellos hizo que mantuvieran una fluida comunicación de forma que transmitió a José que debido al ambiente hostil contra los abertzales le recomendaba que si podía se hiciera funcionario y de esta forma podría estar a salvo. Así antes del alzamiento fascista del 36 José logró la plaza de enterrador de Hernani. 
En estas circunstancias, nuestra familia se instaló en el caserío Pipiritta donde a primeros de noviembre se recibió una tarjeta postal fechada en Tolosa el 28 de octubre, remitida por nuestro abuelo Félix desde la cárcel de esa localidad y dirigida a su esposa que decía literalmente: 
«Querida Martina me encuentro bien por haora bosotros nose como estaran ya sabes que estoi esperando de tus trabajos que el que esta aqui no puede acer ninguna dilijencia supongo que ya te abran contestado de Burgos si acaso no te an mandado nada bete a San Sebastián acasa de mi hermano Manuel aber si puede acer algo pormi señas de el Calle Euscalerria No 9-3 derecha Sin mas tu esposo Felix Goya»

En este escrito nuestro abuelo menciona a su hermano Manuel instando a nuestra abuela para que
acuda a él y realice gestiones en su ayuda. Desconocemos si realizó dichas gestiones, pero mediante los testimonios de Josebe Goya (hija de José Goya) y de Mauro hijo mayor de Félix sabemos que acudieron donde Cándido, hermano mayor de nuestro abuelo, que en aquel momento era militar requeté de una graduación que desconocemos para exponerle la situación en la que se encontraba su hermano pero no
quiso saber nada y les trató con menosprecio.
Nuestra abuela, que había trabajado de sirvienta en Pamplona en casa del teniente coronel del ejército
de apellido Montaner acudió a la familia del militar para recabar su ayuda. La hija de ese militar Josefa Montaner le informó que su padre y su hermano, también militar, se encontraban destinados en Burgos. Le informó dónde contactar con ellos y le recomendó que hablara con su hermano y no con su padre ya que este no accedería a ayudarle. Según testimonio de la hija menor, Josefa, en su viaje a Burgos su madre la llevó con ella y lograron un documento recomendando la libertad para su marido pero cuando nuestra abuela acudió a la cárcel con el documento le dijeron que “ya le habían puesto en libertad”. Desconocemos el tiempo que le costó realizar los viajes y las gestiones considerando las dificultades del momento para desplazarse en dicha la situación de enfrentamiento armado además de los medios de comunicación disponibles.
Mauro manifestó en múltiples ocasiones que junto con su prima Josebe visitaban los lugares en que quedaban abandonados los cuerpos de los fusilados en Hernani y sus alrededores (Cementerio y Galarreta) con objeto de tratar de identificar si entre ellos se encontraba su padre.
Según consta en el libro “1936ko gerrako oritzapenak Tolosaldean eta Leitzaldean” pag. 67, el día 13 de noviembre de 1936 a requerimiento del juez militar Ramiro Llamas del Toro fueron trasladadas desde la cárcel de Tolosa a la de Ondarreta 25 personas de las que 19 fueron fusiladas sin ningún tipo de proceso ni consejo de guerra. En los expedientes del proceso de todas estas personas aparece la misma anotación: “A
disposición del juez especial Sr. Llamas” Todos ellos fueron asesinados en Donostia, Bera, Oiartzun y Tolosa entre los días 14 y 18 de noviembre de 1936.
Y según consta, nuestro abuelo Félix fue asesinado y hecho desaparecer por los fascistas en la madrugada del 15 al 16 de noviembre de 1936 en Oiartzun.